Los talleres de matricería en Valencia utilizan distintos acabados para sus trabajos en piezas metálicas. El galvanizado es uno de los más útiles, en aparcabicis, garras onduladas para carpintería metálica, vallas…

Hoy vamos a ver en qué consiste y por qué se usa este proceso para rematar objetos metálicos.

Tras la galvanización en caliente (o galvanización al fuego) se consigue un recubrimiento de zinc, y se puede hacer sobre hierro o acero. Se sumerge la pieza en un crisol, para darle un baño de zinc fundido a una temperatura muy alta (unos 450 grados) y así se alarga su vida útil y se hace mucho más resistente.

Primero hay que limpiar y desengrasar las piezas, para que posibles restos de suciedad, sobre todo grasa, no eviten el buen agarre del recubrimiento. Después se decapa la superficie, otro procedimiento habitual en los talleres de matricería en Valencia como el nuestro.

Así se elimina el óxido y cualquier otro contaminante que haga impura la superficie del hierro o el acero. Después se fluxa (tratamiento con sales para aumentar la adherencia del zinc) y se procede a la galvanización del metal propiamente dicha, que hace que la pieza (barras aparcabicis, garras, vallas metálicas, etc.) se vuelva resistente a la corrosión, formando distintas capas de zinc y hierro y una exterior de zinc.

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